Ferlosio vivió y compuso al margen de la "cultura", actuaba únicamente dónde le querían. Su última a parición antes de morir fue haciendo de él mismo en Soladados de Salamina (el abuelillo del asilo en Francia). Anteriormente había puesto la música a un documental sobre Durruti de Els Joglars en el que interpretaba a un trovador versando la vida del leonés.
Ni fama, ni dinero. Pero la recompensa que no tuvo Ferlosio es la más amarga. Se lo cantaba Manuel Machado a Jorge Guillén y hoy a la "caterva cultural" se le ha olvidado:
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- Hasta que el pueblo las canta,
- las coplas, coplas no son,
- y cuando las canta el pueblo
- ya nadie sabe el autor.
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- Tal es la gloria, Guillén,
- de los que escriben cantares:
- oír decir a la gente
- que no los ha escrito nadie.
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- Procura tú que tus coplas
- vayan al pueblo a parar,
- aunque dejen de ser tuyas
- para ser de los demás.
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- Que, al fundir el corazón
- en el alma popular,
- lo que se pierde de nombre
- se gana de eternidad.
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