
Parece mentira pero los Juegos ya se acaban. Después de dos semanas maldurmiendo frente a la tele y al ordenador, sufriendo y riendo, me gustaría que duraran otro mes, por lo menos. No puede ser. A los consumidores masivos de deporte televisivo nos toca conformarnos con la Liga.
Pero antes de acabar dos grandes acontecimientos quedan por admirar. El primero, la prueba de maratón. Los 42,195 metros más largos del mundo sobre el asfalto comunista y sin público por el miedo del ESTADO a que los protestantes protesten y les monten una jarana a la luz de la tele por cable.
El segundo (es una pena pero vamos a quedar segundos) es el acontecimiento de estos Juegos Olímpicos en cuanto a deportes de equipo, al mundo y a España se refiere. Creo que ya hay suficiente tinta digital dedicada al partido USA-"ese pequeño país" (aka España, by LA TIMES) así que no voy a hacer ningún análisis baloncestístico, me voy a dedicar a disfrutar.
Hace 24 años que Fernando Arcega, José Manuel Beirán, Juan Antonio Corbalán, Juan Domingo de la Cruz, Andrés Jiménez, José Luis Llorente, Juan Manuel López Iturriaga, Josep María Margall, Fernando Martín, Fernando Romay, Juan Antonio San Epifanio, "Epi" e Ignacio Solozábal ganaron la plata en el viejo Inglewood de Los Ángeles frente a Jordan y Ewin confirmando que fueron la mejor selección patria de la canasta. Ahora a los de Don Alejandro y Pepu les toca superarles (si no lo han hecho ya) y brindarse un merecido homenaje olímpico.

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