Ya recuperados de las resacas del Tour y del fiestón en Logroño (desde las 2 de la tarde hasta las 4 de la mañana comiendo carnaza, bebiendo pacharán y destrozando a los Gipsy Kings con las guitarras) estamos otra vez por los madriles. Quedan 15 días para los exámenes y el comienzo de un nuevo curso. Un nuevo año en el que estrenamos casa (posiblemente la estrenemos comiendo carnaza y bebiendo pacharán) y en el que los más y los menos habremos ya casi pasado siete años de vida matritense. Se dice pronto.
El caso es que Agosto desde "cuatroca" no está tan mal. Cuando bajas a la glorieta te das cuenta que cualquier tópico de cualquier parte del mundo puede pasar por delante de tus narices. Desde el chulazo hipermusculado caribeño acompañado del culo más grande jamás circuncidado hasta las hijas der Papa Montoya vendiendo malacatones y palaguayos, ¡me los quitan de las manos! (sic) de contrabando. Cuatroca también es chino, ecuatoriano, magiar y transilvano. Español, lo que se dice cañí o castellano viejo como diría Larra, de esos, quedan pocos: Paco, el portero, también los camareros del dudoso bar de abajo (mahou clásica y tapas de grasa que me recuerdan a "El Balle", pero sin el licor de endrinas) y los estirados vecinos que tiemblan y rozan la mala educación cada vez que nos ven llegar a casa. Cuenta la leyenda que hace unos años tuvieron sus más y sus menos con un piso de estudiantes y estos se dedicaron a destrozar el portal...en fin, si el Glamour de Lugo no los ablanda mandaremos al Begoño a negociar. O algo.
Ayer me fui con el Vasco al concierto de Rosendo. Como diría Joan María Pou, lo puto crack. Para empezar Las Vistillas se le quedaba pequeño de vatios y de espacio. Segundo, el público también era un mejunge de criaturas digno de estudio, desde pelo-platas que sólo se sabían Este Madrid y Maneras de vivir hasta punkis de perro y sarna, también pululaban heavies de toda la vida y pijos despistados en la caseta del PP. Y cuidao que ahora viene la C, a Rosendo todo le da igual, 2 horas de concierto y sólo dos bises casi sin parar. Austero, en vaqueros, sin una pose de más, su guitarra y disfrutar. Igual le faltó Pan de higo pero, El tren, Por meter entre mis cosas la nariz y Flojos de pantalón, sobre todo, impresionantes. Luego el Vasco y servidor nos dimos una vuelta por la Latina, dos tarrinas de gripe A en Gran Vía y para casa en taxi dándole una brasa inhumana al conductor sobre los problemas de CERAs y EPOs y transfusiones en el contexto ciclista de Gohierri.
Poco más, es la 1 de la mañana del 14 de Agosto, Cuatroca hace un rato que está tranquilo (LuLú está pegado de sudor a la silla descifrando código) y yo ando en la terraza con mi libro del verano: Ventanas de Nueva York de Muñoz Molina, un par de capítulos de The West Wing y un café con hielo, ¿qué más se puede pedir?
Para el finde la ajenda está apretada, comienza el basket y los Mundiales de Berlín además de la ida de la Super Copa. Prometimos otra vuelta por La Latina o algo. Matisse o Sorolla el domingo...
Por cierto, ¿qué pensáis de esto? No sé si es jodidamente bueno, es una infame ordinariez progre o es otro amago de provocación de pichiglas. Lo cierto es que me lo leo todos los días porque está como una puta cabra.
Joako, aunque tarde, gracias por la postal, dale recuerdos a Clarissa y ya sabes que cuando quieras os venís unos días por casa.
Un abrazo.
15 días y estoy allí. A ver si puedo llevar alguna sorpresa. Por lo que leo no os va tan mal. Aquí tampoco hay queja.
ResponderEliminarDile al puto Lugo que haga algo con su vida.
Murió Les Paul, ya sabes, uno de los padres de las guitarras eléctricas y pionero en la grabación de música con varias pistas. Pero tu sabrás más que yo de eso.
Ya os llamo un día de estos, o no, o qué sé yo.
Yo ya estoy en Madrid, a las puertas de la infame taberna andaluza que tanto os gusta, asi que dejar de buscar porque ya teneis una luz que os va a guiar en la oscuridad del mes de agosto.
ResponderEliminarHablamos en breve