24 julio 2009

Punto en boca


Voló sobre el lago de Annecy. Destrozó a Armstrong -that hurt like hell- dijo el tejano en su twitter, alejó a los Schleck un poco más y batió a su bestia negra contra el crono, Espartacus Cancellara, por sólo tres segundos.

Cuando dos de la misma cuadrilla se disputan la misma amiga, uno de ellos acaba, inevitablemente, como cornudo, dice la sabiduría, o lo que sea, popular belga. Cuando Lance Armstrong intenta hacer de Lancelot como un poseso en el lago de Annecy, y a los 20 minutos de lo que cree una exhibición portentosa ve cómo un chiquillo de Pinto vestido de amarillo le recuerda que, por mucho que la tiente la reina Ginebra le seguirá siendo fiel, queda más bien con una cara de no enterarse de nada. Lo que es más doloroso, para el orgullo de un caballero, un campeón, que la cornamenta.

Chapeau, Contador!

Si hace tres días tenía un cabreo enorme por su mal hacer en las rampas de La Colombierè, hoy estoy más cabreado ,todavía, con Le Monde y con Greg Lemond, otro americano que mantiene un idilio especial con la polémica y las acusaciones fatuas.

Greg Lemond en su columna de Le Monde; "Alberto, prouve-moi qu'on peut croire en toi", deja caer que Contador se dopa en función del consumo de oxígeno por kilo de peso durante la ascensión a Verbier. Por contra, reconoce que no dispone de los datos de la arrancada (viento de cara o de cola, porcentaje de las rampas...) vamos, que Contador subió tan rápido porque su consumo de oxígeno roza el 100% en función de unas tablas creadas por el ex-médico de FESTINA y le exige prubas para demostrar su limpieza.

Y hoy, el mismo rotativo, le exije pruebas: Alberto Contador répond aux doutes par le mutisme. (Contador responde a las dudas con silencio) Le relaciona con Manolo Saiz, la famosa Operación Puerto y le falta hacerlo con Ben Johnson y Kostas Kenteris. Sé que un periodista debe buscar la verdad y desemascarar a los tramposos pero también sé que tiene que vender periódicos y en un deporte como el ciclismo en el que no existe sino la presunción de culpabilidad y, en un país como Francia, en el que el dopaje es delito y está penado con cárcel, arriesgarse a acusar sin pruebas, quiero pensar que no es sino un ataque de chauvinismo y envidia o que a Le Monde la crisis le está pegando duro y tiene que vender papeles. No puede ser otra cosa.

Todo esto cogido con las pinzas con las que hay que sostener las palabras de los ciclistas porque sus verdades muchas veces se han tornado en excusas, y otras veces han resultado mentiras y trampas. Sin embargo, creo que, para todo el mundo, Contador es justo y limpio ganador del Tour y, si en algún momento presente, pasado o futuro, se encontraran trazos de productos ilegales en sus fluídos, el TAS, la UCI y el COE lo hundirían en la miseria de la justicia.

Supongo que no existe un momento para la reflexión antes de lanzarse al insulto. Quisiera pensar que es rabia acumulada por los fracasos locales, magnificada por el triunfo de los étrangères en tu terreno. Lo mismo hizo la prensa de aquí con Armstrong, con Riis, o con Rominger, cuando ganaban Tours y Vueltas y desalojaban a los españoles de lo más alto del podio.

Desde 1983 un francés no gana Roland Garros, lo hizo Yannik el padre del alero de los Bulls, Noah. Y el anterior se remonta a 1946. Desde entonces, rusos, australianos, suecos, yankies, suizos, brasileños y españoles (12 veces) les han comido la tostada.

En los Tours de 1980 a 1985, Hinault gana cuatro veces y Fignon dos. A partir de entonces,l os paises que más triunfos reportan han sido España (Perico, Miguel 5, Pereiro, Sastre y Contador 2*) y EEUU, (Lemond 3 y Lance 7). Los Franceses se conforman con ganar el 14 de julio y con los siete maillots de la montaña de un Virenque denostado, hundido hasta el abismo y luego aupado a categoría de héroe nacional tras superar el Caso Festina de 1998.

Desconozco si tras las derrotas contra Argentina en SU MUNDIAL, cargaron contra los datos máximos de consumo de oxígeno por kilo de Corleto cuando les metía este try.



Punto en boca.

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