23 julio 2009

Añeja prosa ciclista


Julián Berrendero, "El negro de los ojos azules". Ganador del GP de la Montaña del Tour en 1936.
Su familia aún regenta una tienda de bicicletas en el barrio de Chamberí en Madrid

Quizás sólo igualado por el boxeo de antaño -Paulino Uzcudun en el Madison cayendo ante Joe Luis- el ciclismo ha sido el deporte de la literatura periodística. Sobre todo en España. La prosa inflada hacia el sol y la raza castellana. Triunfos solitarios, forjados en los caminos de Napoleón, henchidos de Dos de Mayo. Viejas rencillas socavadas, Loroño y Bahamontes. Pero también la sangre y el triunfo, las lágrimas y la muerte y la carretera.

Los plumillas a costa de seguir a los héroes por las rampas de los colosos consiguieron despojarse de su profesión de voceros para contar historias de verdad, llenas de fuerza y creerse escritores. Inventaron nombres imposibles y multiplicaban sus las azañas hasta límites sobrehumanos: "Águila de Toledo", "Pulga de Torrelavega", "El negro de los ojos azules", "Loco de los Pirineos", "L'enfant Roi" , "Il Campionissimo", "El Canibal", "El extraterrestre"...

Los corredores entraban en las casas, con el calor del estío, gracias a la radio y luego en masa por televisión, pero siempre escritas. Leyendas de tiza y chapas en el patio del colegio, olvidadas hoy, culpables de las trampas.

Extracto de ABC, 1932, hablando de las excelencias de Vicente Trueba, "La pulga de Torrelavega", primer ganador del GP de la Montaña del Tour:

“En ella, el pigmeo físico, gigante espíritu de un hispano, se le hará, sino justicia, mención. ¿Recogerá nuestra historia esta épica actuación?. No lo sé, y permitidme que lo ponga en duda. El escepticismo es flor exótica, que en España se aclimata bien. Y para terminar: es un deber evitar en lo sucesivo el sonrojo de que un español sea en realidad un individual”.

Extracto de una crónica de Mundo Deportivo en julio de 1973, en referencia al triunfo de Luis Ocaña en el Tour de Francia:

"La duda que le atormentaba desde 1971 y que le tenía martirizado hasta ayer tarde la disipó triunfalmente, pundoronosamente en el final apoteósico de Vicennes. -Cayó en el col de mente porque ya no tenía fuerzas-".
(...)

"Tenía que destruir las hipótesis que le subestimaban (Ocaña), para quedar en paz con su estirpe, que como la de Bahamontes, siguen la línea de los Comuneros de Castilla, de los hijos de Padilla, Bravo y Maldonado. Y en otro Orden Histórico, el General Moscardó: "Vencer o Morir". La lección del hijo de Priego en este Tour (...) también ha sido para quienes pretenden inferir daño y menosprecio a la raza hispana."

Ocaña cae en el descenso del Col de Mente bajo una granizada infernal
perdiendo así el amarillo. Merckx no lo vistió al día siguiente por respeto al ciclista español.

Y esta otra de 1971, también de Mundo Deportivo, tras la trágica caída de Luis Ocaña en el descenso del Col de Mente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario